Ir tras el éxito como líder de vida

18.3.21


Sabemos que las oportunidades no llaman a la puerta: hay que tener que salir a buscarlas. Armar una estrategia efectiva para alcanzar todas las metas, requiere de planificación y sumemos también escribir la recompensa y disfrutarla en el proceso, gratificándonos cada logro.

Practicar el agradecimiento siempre porque aprender a ser agradecido será beneficioso aún a quienes indirectamente fueron inspiración para nosotros, incluso a subordinados o competidores, aunque suene a utopía. Eso, a la larga ayuda a fomentar nuevos vuelos mancomunados que solos no serían factibles de alcanzar.

La recompensa final: cada logro requiere trabajo duro y esfuerzo que a la larga dará más brillo a la propia esencia que sumará solidaridad y real beneficio hacia el colectivo, involucrando su entorno. En el proceso, nos hace buenos en el hecho de ser íntegros, transparentes, siempre que se eliminen réditos personales, como egoístas.

¿Qué hace que lleguemos a obtener el premio? La integración del colectivo, como los valores y la justicia como transparencia inmaculada que cualquiera de las metas nos desafíe. Cuando un líder o figura popular sólo piensa en su nivel de facturación, o su egocentrismo enmarcado en un podio perpetuado, a la larga, esa dirección cae por su propio peso.

John Maxwell sostiene y practica: “Un líder es aquel que conoce el camino, recorre el camino y muestra el camino. Cuando el líder carece de confianza, los seguidores restan su compromiso, cuando el protagonista lleva encubierta la obtención del premio anticipadamente, el valor del mismo se diluye.”

Los líderes egocéntricos manipulan cuando mueven a la gente por beneficio personal. Los líderes maduros motivan moviendo a la gente por beneficio mutuo y a la vez, colectivo. Y cuando premian individualmente, están observando la respuesta de la masa: que esta se encuentre en las miradas colectivas que exigen transparencia como modelo a seguir. Esto hace que se escale y se aborden puntos entrelazados, que invita a pensar más allá de una pregunta inicial. Existe un delgado hilo conductor que acarrea la situación al punto de partida original: todo premio cierra cuando de inicio a fin, hay transparencia.

El premio, el podio, la presidencia, el sitio que pertenece al líder, es siempre para uno solo, pero es posible construir equipos, aplausos, recompensas, sin amenazas, ni discriminaciones; se torna transparente una acción cuando el mismo muestra y exhibe sin excluir a ningún seguidor, a sus fans, para que los mismos no necesiten realizar nunca una crítica o juzgamiento al verse de algún modo reflejado en una próxima búsqueda.

Transparentando esto, se tiene la mayor probabilidad de lograr la colaboración y el apoyo de todo un planeta cuando se es solidario, y se permite a todos brillar con sus propios talentos. Es posible transitar, sabiendo que “hay espacio para todos”. Siempre hay necesidad para cualquier acto de solidaridad. Pero hay sólo una verdad: muchos pueden alcanzar el poder o un premio, si el mismo tiene luces y brillos en la verdad que es expuesta, pero siempre que la credibilidad de los espectadores no sea manipulada ni traicionada tanto ante una espera eterna que ese turno ya llegará.

Ganar siempre es un objetivo, pero que el mismo nunca manche nuestra corona en detrimento de la confianza de otros participantes, como de los espectadores. Plantearnos una estrategia para ganar y hacer que las cosas sucedan es legítimo, siempre que los que la motivan sostengan transparencia de principio a fin.


 

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